Steele
forja una triple unión entre la teoría de la selección clonal de
Burnet (1969), la teoría del provirus de Temin (1974), y su propio ataque contra
la inviolabilidad de la línea germinal de Weismann. Toma de Burnet la idea de una mutación somática que conduce a la diversidad genética en las células del cuerpo. La
selección natural intracorporal, entonces, se ocupa de que el cuerpo se pueble de variedades de células exitosas a expensas de las variedades
fallidas. Burnet
limita la idea a una clase especial de células en el sistema inmune, y
el 'éxito' significa el éxito en la neutralización de antígenos invasores,
pero Steele lo generalizaría a otras células. Toma de Temin la idea de los virus de ARN que sirven como
mensajeros intercelulares, transcribiendo los genes en una célula, llevando la información a otra célula y transcribiendo inversamente de nuevo
en ADN en la segunda célula usando la transcriptasa inversa.
Steele
utiliza la teoría de Temin, pero con un importante énfasis adicional en
las células de la línea germinal como receptores de la información genética
inversa transcrita. Limita sabiamente
la mayoría de su discusión al sistema inmunológico,
aunque la ambición de su teoría es mayor. Cita cuatro estudios sobre 'idiotipia' en el conejo. Si se les inyecta una sustancia extraña, diferentes conejos individuales la combaten creando diferentes anticuerpos. Incluso
si los miembros de un clon genéticamente idénticos se someten al mismo
antígeno, cada individuo responde con su propio 'idiotipo' único. Ahora
bien, si realmente los conejos son genéticamente idénticos, la
diferencia en sus idiotipos ha de deberse a diferencias
ambientales o de azar, y no debería, de acuerdo con la ortodoxia, ser
heredada. De los cuatro estudios citados, uno dio un resultado sorprendente. El idiotipo de un conejo resultó ser heredado por sus hijos, aunque no compartido por sus compañeros de clon. Steele
subraya el hecho de que en este estudio los padres conejos fueron
expuestos al antígeno antes del apareamiento para producir la
descendencia. En
los otros tres estudios los padres fueron inyectados con el antígeno
después del apareamiento, y la descendencia no heredaba sus idiotipos.
Si el idiotipo fuera heredado como parte de un plasma germinal
inviolable, no debería haber ninguna diferencia tanto si los conejos se
apareaban antes como después de la inyección.
La interpretación de Steele comienza con la teoría de Burnet. La mutación somática genera diversidad genética en la población de células inmunitarias. La selección
clonal favorece aquellas variedades genéticas de las células que destruyen
de forma satisfactoria el antígeno, y se vuelven muy numerosas. Hay
más de una solución a cualquier problema antigénico, y el resultado
final del proceso de selección es diferente en cada conejo. Ahora entran los provirus de Temin. Estos transcriben una muestra aleatoria de los genes en las células inmunitarias. Debido
a que las células que portan genes de anticuerpos exitosos superan en
número a las otras, es estadísticamente más
probable que se transcriban estos genes exitosos. Los
provirus llevan estos genes a las células germinales, anidan en los cromosomas de la línea germinal y los dejan allí, probablemente suprimiendo a los ocupantes titulares del locus. {167}
La próxima generación de conejos es, por tanto, capaz de beneficiarse
directamente de la experiencia inmunológica de sus padres, sin tener que
experimentar los antígenos relevantes por sí mismos, y sin la
intervención dolorosamente lenta y derrochadora de la muerte
selectiva del organismo .
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