Genes masculinos influyen en el fenotipo femenino. Genes femeninos influyen en el fenotipo femenino, y también modifican la influencia de genes masculinos. Por lo que sabemos, los genes femeninos influyen en el fenotipo
masculino en la lucha contra la manipulación, en cuyo caso se espera la selección de los modificadores de los genes en los machos.
Toda esta historia se podría haber dicho en el lenguaje del capítulo 4, el lenguaje de la manipulación individual. El lenguaje de la genética extendida no es demostrablemente más correcto. Es una forma diferente de decir la misma cosa. El cubo de Necker se ha dado la vuelta. Los lectores deben decidir por sí mismos si les gusta la nueva vista más que la anterior. Sugiero
que la forma en que el genetista extendido cuenta la historia del
efecto Bruce es más elegante y parsimoniosa que la forma en que la habría contado
el genetista convencional. Potencialmente, ambos
genetistas tienen que lidiar con una cadena
formidablemente larga y compleja de causalidad, que va de los genes al
fenotipo. Ambos
admiten que su elección de qué eslabón de la cadena designan como el
carácter fenotípico de interés -estando los enlaces previos consignados al
embriólogo- es arbitraria. El genetista convencional toma la nueva decisión arbitraria de cortar todas las cadenas en el punto en que llegan a la pared exterior
del cuerpo.
Los
genes afectan a las proteínas, y las proteínas afectan a X, que afecta a Y,
que afecta a Z ... que afecta a un carácter fenotípico determinado. Pero
el genetista convencional define 'efecto fenotípico' de manera que X,
Y y Z han de estar todos confinados dentro de una pared corporal
individual. El
genetista extendido reconoce que este corte es arbitrario, y es muy
feliz de permitir que su X, Y y Z salten la brecha entre un cuerpo y
otro individuo. El genetista convencional se toma con calma la superación de las brechas entre las células dentro de los cuerpos. Los glóbulos rojos humanos, por ejemplo, no tienen núcleo, y deben expresar los fenotipos de los genes en otras células. Así
que ¿por qué no, cuando la ocasión lo justifique, concebir la superación
de las brechas entre las células en diferentes cuerpos? ¿Y cuándo lo justifica la ocasión? Cada
vez que nos resulta conveniente, y esto tenderá a ocurrir en cualquiera de
los casos en que, en el lenguaje convencional, un organismo parece estar
manipulando a otro. De hecho, el
genetista extendido estaría muy feliz de volver a escribir
todo el capítulo 4, fijando su mirada en la nueva cara del cubo de
Necker. El lector me dispensará de tal reescritura, aunque sería una tarea interesante. No
voy a apilar ejemplo sobre ejemplo de acciónes genéticas a distancia,
sino, más en
general, a discutir el concepto, y los problemas que plantea.
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