Aquí debemos tener cuidado con la herejía del adaptacionismo 'biótico' (Williams 1966). Hemos
visto que los recurrentes ciclos vitales de reproducción, es decir, los 'organismos', hacen
posible la evolución de órganos complejos. Es
demasiado fácil tratar esto {263} como una explicación adaptativa
suficiente para la existencia de los ciclos de vida de los organismos, con el
argumento de que los órganos complejos son, en algún sentido vago, una
buena idea. Una cuestión relacionada es que la reproducción repetida es posible sólo si
los individuos mueren (Maynard Smith 1969), pero no deberíamos decir que en consecuencia ¡los individuos mueren como adaptación para mantener
en funcionamiento la evolución! Lo
mismo podría decirse de la mutación: su existencia es una condición
previa necesaria para que se produzca la evolución, pero sin embargo es
muy probable que la selección natural haya favorecido la evolución en la
dirección de una tasa de mutación cero -afortunadamente no alcanzada- (Williams 1966). El
tipo de ciclo vital de crecimiento/reproducción/muerte -el tipo
de ciclo vital del 'organismo' clonal multicelular- ha tenido consecuencias
de largo alcance, y probablemente fue esencial para la evolución de la
complejidad adaptativa, pero esto no equivale a una explicación
adaptativa para la existencia de este tipo de ciclo de vida. El
darwinista debe empezar por la búsqueda de beneficios inmediatos para
los genes que promueven este tipo de ciclo de vida, a expensas de sus
alelos. Después puede reconocer la posibilidad de otros niveles de selección, pongamos la extinción diferencial de linajes. Pero debe mostrar la misma circunspección en este
difícil campo teórico como la que Fisher (1930a), Williams (1975) y Maynard Smith (1978a) aportaron a las sugerencias análogas sobre que la reproducción sexual está
allí porque acelera la evolución.
El organismo tiene los siguientes atributos. Tanto si es una sola célula como si es pluricelular, sus células son parientes
genéticos cercanos uno del otro: son descendientes de una sola célula madre, lo
que significa que tienen un ancestro común más reciente entre sí que con
las células de cualquier otro organismo. El
organismo es una unidad con un ciclo de vida que, por
complicado que sea, repite las características esenciales de los ciclos
de vida anteriores, y puede mejorarlos. El
organismo consiste en células de la línea germinal, o
contiene células de la línea germinal como un subconjunto de sus
propias células, o, como en el caso de una obrera estéril en insectos
sociales, está en condiciones de trabajar por el bienestar de las células de la línea germinal de organismos estrechamente emparentados.
En este capítulo final no
aspiro a dar una respuesta completamente
satisfactoria a la existencia de los grandes organismos
pluricelulares. Quedaré contento si puedo despertar nueva curiosidad sobre la cuestión. En
lugar de aceptar la existencia de organismos y preguntar cómo las adaptaciones
benefician a los organismos que las despliegan, he tratado de
demostrar que la existencia misma de los organismos debe ser tratada
como un fenómeno que merece explicación por derecho propio. Existen replicadores. Eso es fundamental. Puede esperarse que sus manifestaciones fenotípicas, incluyendo
las manifestaciones fenotípicas extendidas, funcionen como
herramientas para mantener a los replicadores existentes. Los
organismos son ensamblajes grandes y complejos de este tipo de
herramientas, conjuntos compartidos por grupos de replicadores que, en
principio, no tienen por qué ir por el mundo juntos, pero de
hecho van por el mundo juntos, y comparten un interés común en la supervivencia y
reproducción del organismo. En este último capítulo, además
de llamar la atención sobre la necesidad {264} de explicar el fenómeno del organismo, he tratado de esbozar la
dirección general hacia la que podemos continuar la búsqueda de una
explicación. Es sólo un boceto preliminar, pero, en lo que valga, aquí lo resumo.
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