Dawkins acepta todo esto, pero luego revela su incertidumbre acerca de qué idioma se está utilizando para inmediatamente dar un estatus especial al gen otra vez como el programador. Consideremos un caso en el que la temperatura ambiental durante el desarrollo sea crucial para la expresión de un fenotipo particular. Si la temperatura cambia en unos pocos grados, la máquina de supervivencia es batida por otra. ¿No daría eso tanto estatus a un valor de temperatura necesario como a un gen necesario? También se requiere el valor de la temperatura para la expresión de un fenotipo particular. También es estable (dentro de unos límites) de una generación a la siguiente. Incluso puede ser transmitido de una generación a la siguiente, si la máquina de supervivencia hace un nido para sus crías. De hecho, utilizando un estilo de argumento teleológico propio de Dawkins, podría afirmarse que el pájaro es la forma que tiene el nido para hacer otro nido [Bateson 1978].
Respondí a Bateson, pero lo hice demasiado brevemente, recogiendo la última observación sobre nidos de pájaros y diciendo: 'Un nido no es un verdadero replicador porque una "mutación" [no genética] que se produzca en la construcción de un nido, por ejemplo, la incorporación accidental de una aguja de pino en lugar de la hierba de costumbre, no se perpetúa en futuras "generaciones de nidos". Del mismo modo, las moléculas de proteína no son replicadores, ni lo es el ARN mensajero' (Dawkins 1978a). Bateson había tomado el eslogan de un pájaro como la vía de un gen para hacer otro gen, y la invirtió, sustituyendo 'nido' por 'gen'. Pero el paralelismo no es válido. Hay una flecha causal que va del gen al ave, pero ninguna en la dirección inversa. Un gen mutado puede perpetuarse mejor que su alelo no mutado. Un nido alterado no hará tal cosa a menos que, por supuesto, el cambio se deba a un gen mutado, en cuyo caso es el gen el que se perpetúa, no el nido. Un nido, como un pájaro, es la forma de un gen de hacer otro gen. Bateson está preocupado en que le parece que doy un 'estatus especial' a los determinantes genéticos de la conducta. Teme que el énfasis en el gen como la entidad en cuyo nombre se beneficia el trabajo de los organismos, en lugar de al revés, conduce a un excesivo énfasis en la importancia de la genética en lugar de los determinantes ambientales del desarrollo. La respuesta a esto es que, cuando hablamos de 'desarrollo', es oportuno destacar tanto los factores genéticos como los no genéticos. Pero cuando estamos hablando de unidades de selección hay que dar un énfasis diferente, un énfasis en las propiedades de los replicadores. {99} El estatus especial de los factores genéticos más que los no genéticos es merecido por una sola razón: los factores genéticos se replican a sí mismos, con defectos y todo, pero los factores no genéticos no.
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