Una
persona que observase y analizase el comportamiento de una computadora cuyo
programa se hubiera perdido podría, en principio, ser capaz de reconstruir
el programa o su equivalente funcional. Las últimas cuatro palabras son cruciales. Por
su propia conveniencia escribiría el programa reconstruido en algún
lenguaje particular -Algol, Fortran, un diagrama de flujo, un
subconjunto riguroso particular del Inglés-. Pero no hay manera de saber en cuál, si es que es en alguno, de estos idiomas fue escrito el programa originalmente. Pudo haber sido escrito directamente en lenguaje máquina, o 'integrado' en la maquinaria de la computadora durante su fabricación. En todo caso, el
resultado final es el mismo: el equipo realiza alguna
tarea útil, como el cálculo de raíces cuadradas, y un ser humano puede
tratar eficazmente el ordenador como si obedeciera un conjunto de
instrucciones imperativas escritas en un lenguaje que es conveniente que entiendan los humanos. Creo que, para muchos propósitos, tales 'explicaciones software' de los
mecanismos del comportamiento son tan válidas y útiles como las más obvias 'explicaciones de hardware' expuestas por los neurofisiólogos.
Un
biólogo que observa un animal está en cierto modo en la misma posición que un ingeniero observando un ordenador que ejecuta un programa perdido. El
animal se comporta en lo que parece ser una manera organizada,
decidida, como si estuviera obedeciendo un programa, una secuencia
ordenada de instrucciones imperativas. El programa del animal en realidad no se ha perdido, porque nunca fue escrito. En su lugar, la selección natural improvisó el equivalente de un
programa en código máquina integrado, al favorecer las mutaciones que
alteraron sucesivas generaciones de sistemas nerviosos para
comportarse (y para aprender a cambiar su comportamiento) de manera
apropiada. Apropiada significa, en este caso, apropiada para la supervivencia y la propagación de los genes en cuestión. Sin
embargo, aunque no se haya escrito ningún programa, al igual que en el
caso de la computadora que ejecuta un programa que se ha perdido, para nosotros es
conveniente pensar en el animal como 'obedeciendo' a un
programa 'escrito' en un lenguaje de fácil comprensión tal como Inglés. Una
de las cosas que podremos hacer es imaginar programas alternativos o
subrutinas que puedan 'competir' entre sí por el 'tiempo del computador' en el
sistema nervioso de la población. Aunque
debemos tratar a la analogía con circunspección, como demostraré,
podemos imaginar útilmente la selección natural como actuando
directamente sobre una acumulación de programas o subrutinas alternativos, y
tratar a los organismos individuales como ejecutores temporales y propagadores
de estos programas alternativos.
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