Pero ahora hemos llegado a un problema que es más sutil que la simple hipótesis del desfase temporal mismo. Se trata del problema, ya mencionado, sobre cuáles son las características
de los animales que elegimos para reconocerlas como unidades que requieran
explicación. Como Lewontin (1979b) dice, "¿Cuáles son las líneas de sutura 'naturales' en la dinámica evolutiva? ¿Cuál es la topología del fenotipo en la evolución? ¿Cuáles
son las unidades fenotípicas de la evolución? ". La paradoja
de la llama de la vela surgió sólo por el modo en que la elegimos para caracterizar el
comportamiento de la polilla. Nos preguntamos "¿Por qué las polillas vuelan hacia las llamas de las velas?". Y quedamos perplejos. Si
hubiéramos caracterizado el comportamiento de manera diferente y preguntado "¿Por qué las polillas mantienen un ángulo fijo a los rayos de
luz (un hábito que hace que incidentalmente giren en espiral hacia la
fuente de luz si ocurre que los rayos no son paralelos)? ", no deberíamos habernos quedado tan perplejos.
Considere la homosexualidad masculina humana como un ejemplo más serio. A primera vista, la existencia de una sustancial minoría de hombres
que prefieren las relaciones sexuales con su mismo sexo y no con el sexo
opuesto constituye un problema para cualquier teoría darwiniana simple.
El
título nada divagador de un panfleto homosexual de circulación privada, que el autor tuvo la amabilidad de procurarme, resume el
problema : "¿Por qué hay 'gays'? ¿Por
qué la evolución no ha eliminado la homosexualidad millones de años atrás?". El autor, por cierto, piensa que el problema es tan importante que socava
seriamente toda la visión darwiniana de la vida. Trivers
(1974), Wilson (1975, 1978), y especialmente Weinrich (1976) han considerado varias versiones de la posibilidad de que los homosexuales
puedan, en algún momento de la historia, haber sido funcionalmente
equivalentes a trabajadores estériles, renunciando a la reproducción
personal para cuidar mejor a otros familiares. No
me parece esta idea particularmente plausible (Ridley y Dawkins, 1981), ciertamente no más que la hipótesis del "macho furtivo " [sneaking male]. De
acuerdo con esta última idea, la homosexualidad representa una "táctica masculina alternativa" para conseguir aparearse
con las hembras. En
una sociedad con un harén defendido por los machos dominantes, un macho conocido por ser homosexual es más probable que sea tolerado por
un macho dominante que un macho conocido como heterosexual, y un macho de
otra manera subordinado puede ser capaz, en virtud de esto, de lograr cópulas clandestinas con las hembras.
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