Se plantea la misma cuestión que antes. ¿Por qué la víctima de la manipulación lo permite? ¿Por qué el pez presa se aboca literalmente a las fauces de la muerte? Porque 'piensa' que realmente se está abocando a conseguir su propia comida. Más
formalmente, la selección natural ha actuado sobre sus ancestros,
favoreciendo la tendencia a acercarse a objetos pequeños
serpenteantes, porque los pequeños objetos serpenteantes normalmente son gusanos. Puesto
que no siempre son gusanos, sino a veces señuelos de rapes, bien puede haber alguna selección en los peces presa para ser
cautos, o para afinar sus capacidades de discriminación. En
la medida en que los señuelos son buenos imitadores de gusanos,
podemos suponer que la selección ha actuado en los antepasados de los rapes para mejorarlos, para afrontar la mejora en la
discriminación de sus presas. Algunas presas son capturadas, y el rape se gana la vida, por lo que alguna manipulación está teniendo éxito.
Es
conveniente utilizar la metáfora de la carrera de armamentos cada vez
que tenemos mejoras progresivas en las adaptaciones en un linaje, como
una respuesta evolutiva a las progresivas contra-mejoras en un linaje
enemigo. Es importante darse cuenta de quienes son las partes que están 'corriendo' una contra la otra. No son los individuos, sino los linajes. Sin duda, son los individuos los que atacan y se defienden, los que matan o se resisten a morir. Pero la carrera de armamentos tiene lugar en la escala de tiempo evolutivo, y los individuos no evolucionan. Son los linajes los que evolucionan, y son los linajes los que muestran las tendencias
progresivas en respuesta a las presiones de selección establecidas por
las mejoras progresivas en otros linajes. Un
linaje tenderá a evolucionar adaptaciones para manipular el
comportamiento de otro linaje; entonces, el segundo linaje evolucionará
contra-adaptaciones. Obviamente tenemos que estar interesados en cualesquiera normas generales que rijan si
uno u otro linaje puede 'ganar', o tener una ventaja incorporada. Justamente era una ventaja incorporada la que Alexander atribuyó a los padres sobre sus hijos. Al margen de su principal argumento teórico que, como hemos visto, no queda ahora
favorecido, también sugirió plausiblemente varias ventajas prácticas
de los padres sobre los hijos: '...el padre es más grande y más
fuerte que la descendencia, por lo tanto, en una mejor posición para imponer su voluntad' (Alexander 1974). Esto
es cierto, pero no debemos olvidar la lección del párrafo anterior, que una carrera de armamentos se corre en el tiempo evolutivo. En cualquier generación los músculos de un padre son más fuertes
que los de su descendencia, y el que controla esos músculos ha de tener
la sartén por el mango. Pero la {62} cuestión que se plantea es ¿quién controla los músculos de los padres? Como
Trivers (1974) dice: 'Un descendiente no puede lanzar a su madre a
tierra a voluntad y alimentarse... Se espera que la descendencia emplee tácticas psicológicas en lugar de físicas'.
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