Grafen, como Bulmer y Taylor (en preparación), ha explorado las
consecuencias de asumir que el poder se divide así: la reina tiene el poder absoluto sobre el sexo de los huevos
que ella pone, las obreras tienen poder absoluto sobre la
alimentación de las larvas. Las obreras pueden así determinar cuántos de los óvulos femeninos
disponibles deberán convertirse en reinas y cuántos en obreras. Tienen el poder de matar de hambre a los jóvenes de uno u otro sexo,
pero tienen que trabajar dentro de las limitaciones de lo que la reina
les da en forma de huevos. Las reinas
tienen el poder de poner sus huevos en cualquier proporción de sexos que
elijan, incluyendo la retención, total, de los huevos de uno u otro
sexo. Pero, una vez puestos, los huevos están a merced de las obreras. Una
reina puede, por ejemplo, jugar a la estrategia (en el sentido de la
teoría de juegos) de poner solamente huevos masculinos en un año
determinado. Reacias como podríamos esperar que fueran, las obreras no tienen más remedio que criar a sus hermanos. La
reina, en este caso, puede anticiparse a ciertas estrategias de las obreras, tales como la 'preferencia a alimentar a las hermanas',
simplemente porque ella 'juega' primero. Pero hay otras cosas que las obreras pueden hacer.
Usando la teoría de juegos, Grafen muestra que sólo ciertas
estrategias de la reina son respuestas evolutivamente estables a las
estrategias particulares de las obreras, y sólo ciertas
estrategias de las obreras son respuestas evolutivamente estables a
las estrategias particulares de la reina. La
pregunta interesante es: ¿Cuáles son las combinaciones evolutivamente
estables de entre las estrategias de las obreras y la reina? Resulta
que hay más de una respuesta, y no puede haber un máximo de tres
estados evolutivamente estables para un determinado conjunto de
parámetros. Las conclusiones
particulares de Grafen no me conciernen aquí, aunque he de
comentar que son curiosamente contrarias a la intuición. Lo que me concierne es que el estado evolutivamente estable de la
población modelo depende de las asunciones que hagamos sobre el
poder. Trivers
y Hare contrastan dos posibles supuestos absolutos (potencia absoluta
de la obrera frente a potencia absoluta de la reina). Grafen
investigó una división plausible del poder (las reinas tienen el poder
sobre los huevos, las obreras sobre la alimentación de las larvas). Pero, como ya he señalado, se podrían hacer muchas otras suposiciones sobre el poder. Cada
supuesto genera diferentes predicciones sobre las proporciones de sexos
evolutivamente estables, y el testar las predicciones, por tanto,
puede ser considerado como un aporte de pruebas sobre la disposición de poder
en el nido.
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