'Genes que burlan el sistema'
La relación de los distorsionadores de la segregación que voy a emprender es principalmente la de Crow (1979), que utiliza un lenguaje afín al espíritu de este libro. Su artículo se titula 'Genes que violan las reglas de Mendel', y termina de la siguiente manera: 'El sistema Mendeliano trabaja con la máxima eficacia sólo si es escrupulosamente justo con todos los genes. Sin embargo, está en constante peligro de ser {136} trastornado por genes que alteren el proceso de la meiosis en su propio beneficio... Hay muchos refinamientos de la meiosis y de la formación de esperma cuya finalidad aparente es volver semejante engaño improbable. Y sin embargo, algunos genes han logrado burlar al sistema'.
Crow sugiere que los distorsionadores de la segregación pueden ser mucho más comunes de lo que percibimos normalmente, puesto que los métodos de los genetistas no están bien orientados para su detección, en especial si producen sólo ligeros efectos cuantitativos. Los genes SD [Segregation Distorters] en Drosophila están particularmente bien estudiados, y aquí hay algunas indicaciones sobre el mecanismo real de distorsión. Mientras que los cromosomas homólogos aún están emparejados durante la meiosis, el cromosoma SD podría hacerle algo a su socio normal (y rival) que luego provocara una disfunción del esperma que recibe el cromosoma normal ... SD quizá realmente rompa el otro cromosoma' (Crow 1979, la cursiva macabra es mía). Hay pruebas de que, en individuos SD heterocigotos, los espermatozoides sin cromosoma SD tienen colas anormales, y presumiblemente defectuosas. Por tanto, podría pensarse que la cola defectuosa es resultado de algún sabotaje al cromosoma no-SD en los espermatozoides que lo contienen. Como Crow señala, éste no parece ser el final de la historia, porque los espermatozoides han demostrado ser capaces de desarrollar colas normales sin ningún cromosoma en absoluto. De hecho, por lo general el fenotipo entero del espermatozoide parece estar bajo el control del genotipo diploide del padre, no de su propio genotipo haploide (Beatty y Gluecksohn-Waelsch 1972; véase más adelante). 'Por tanto, el efecto del cromosoma SD en su homólogo no puede ser simplemente desactivar alguna función, porque no se requiere de ninguna. SD debe inducir de alguna manera a su socio a cometer un acto positivo de sabotaje.'
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