Es costumbre hablar como si las diferencias siempre signifiquen
diferencias entre los cuerpos individuales u otros 'vehículos' concretos. El
propósito de los tres capítulos siguientes es mostrar que podemos
emancipar por completo el concepto de la diferencia fenotípica de la del vehículo concreto, y éste es el significado del título
'fenotipo extendido'. Voy
a mostrar que la lógica ordinaria de la terminología genética conduce
inevitablemente a la conclusión de que puede decirse que los genes tienen efectos fenotípicos extendidos, efectos que no necesitan ser
expresados a nivel de ningún vehículo particular. Siguiendo un artículo anterior (Dawkins 1978a), voy a hacer una aproximación paso a
paso hacia el fenotipo extendido, a partir de ejemplos convencionales de
efectos fenotípicos ordinarios, y ampliaré gradualmente el concepto de
fenotipo hacia el exterior, por lo que la continuidad es fácil de aceptar. La idea de la determinación genética de los artefactos animales
es un ejemplo intermedio didácticamente útil, y éste será el tema
principal de este capítulo.
Pero primero, considérese un gen A cuyo efecto molecular inmediato es
la síntesis de una proteína negra que colorea directamente la
piel de un animal negro. Entonces
el único efecto proximal del gen, en el sentido simple del biólogo
molecular, es la síntesis de esta proteína negra. Pero ¿es A un gen 'para ser negro'? Lo que quiero decir es que, como una cuestión de definición, eso depende de cómo varía la población. Supongamos
que A tiene un alelo A', que no logra sintetizar el pigmento negro,
por lo que los individuos homocigotos para A' tienden a ser de color
blanco. En este caso, A es verdaderamente un gen para ser negro, en el sentido en el que quiero usar la frase. Pero también podría ser que toda la variación en el color de la
piel que realmente se produce en la población fuera debida a la variación
en un locus bastante diferente, B. El efecto bioquímico inmediato de B podría ser la síntesis de una proteína que no fuera un pigmento negro, pero que actuara como una enzima, uno de cuyos efectos indirectos (en comparación con
su alelo B'), en alguna remoción distante, fuera facilitar a A la
síntesis del pigmento negro en las células de la piel.
Sin lugar a dudas A, el gen cuyo producto proteico es el pigmento negro, es necesario para que un individuo sea negro; lo mismo que miles de otros genes, aunque sólo sea porque son necesarios para que como mínimo el individuo exista. Pero
no voy a llamar a A un gen para la negritud a menos que alguna variación de la población se deba a la falta de A. Si todos los individuos, sin excepción, tienen A, y la única razón por la que los individuos no
sean negros es que tienen B' en vez que B, diremos que B, pero no A, es un gen de la negritud. Si hay una variación en ambos loci que afecta a la negritud, nos referiremos a ambos A y B como genes de la negritud. El
punto que aquí es relevante es que tanto A como B tienen potencialmente
derecho a ser llamados genes para la negritud, en función de las
alternativas que existan en la población. El
hecho de que la cadena causal que une A a la producción de la
molécula de pigmento negro sea corta, mientras que la de B sea larga {197}
y tortuosa, es irrelevante. La
mayoría de efectos de los genes observados por los biólogos de animales, y todos los observados por los etólogos, son largos y
tortuosos.
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