La
materia viva introduce toda una nueva serie de peldaños en la escalera
de la complejidad: macromoléculas plegables en sí mismas en sus formas
terciarias, membranas intracelulares y orgánulos, células, tejidos,
órganos, organismos, poblaciones, comunidades y ecosistemas. Una
jerarquía similar de unidades incrustadas en unidades más grandes
personifica los complejos productos artificiales de los seres vivos
-cristales semiconductores, transistores, circuitos integrados,
computadoras y unidades incrustadas que sólo pueden ser entendidas en
términos de 'software'. Las unidades interactuan en cada nivel siguiendo leyes
apropiadas a ese nivel, leyes que no es conveniente reducir a las leyes de los niveles inferiores.
Todo esto se ha dicho muchas veces antes, y es tan obvio que es casi trivial. ¡Pero a veces uno tiene que repetir trivialidades a fin de demostrar que no alberga malas intenciones! Especialmente si se quiere hacer hincapié en un tipo poco convencional de
jerarquía, esto puede ser confundido con un ataque 'reduccionista' a la idea de la jerarquía misma. El reduccionismo es una mala palabra, y una especie de fariseísmo 'más holístico que tú' se ha puesto de moda [Nota del Traductor, aportación de Miguel Angel: Juego de palabras: en el original se dice holistier than thou (más holista que tú) en lugar de la frase hecha holier than thou (más santo que tú)]. Sigo entusiásticamente esta moda cuando se habla de mecanismos dentro de los
cuerpos individuales, y he defendido explicaciones neuro-económicas y
de 'software' de comportamiento en preferencia a las convencionales neurofisiológicas
(Dawkins 1976b). Estaría a favor de un enfoque análogo al del desarrollo del individuo. Pero hay momentos en que la predicación integral se convierte en un
sustituto fácil del pensamiento, y creo que la controversia acerca
de las unidades de selección proporciona ejemplos de esto.
El
punto de vista neo-weismannista de la vida que este libro defiende pone
el acento en el replicador genético como unidad explicativa fundamental. Creo que tiene un papel similar al del átomo en una explicación funcional, teleonómica. Si queremos hablar de adaptaciones para el bien de algo, ese algo es el replicador activo de la línea germinal. Este es un pequeño trozo de ADN, un único 'gen', de acuerdo con algunas definiciones de la palabra. Pero, desde luego, no estoy sugiriendo que las pequeñas unidades genéticas
funcionen de manera aislada unas de otras, no más de lo que un químico
piensa que lo hacen los átomos. Como los átomos, los genes son altamente gregarios. A menudo
se encadenan juntos a lo largo de cromosomas, los
cromosomas están envueltos en grupos en membranas nucleares, cubiertos en citoplasma y encerrados en el interior de membranas celulares. Las
células normalmente tampoco están aisladas, sino clonadas para formar
los grandes conglomerados que conocemos como organismos. Ya tenemos una idea de las jerarquías anidadas, y no necesitamos ir más lejos. Funcionalmente hablando, también, los genes son gregarios. Tienen efectos fenotípicos en los cuerpos, pero no los ejercen de forma aislada. Hago hincapié en esto una y otra vez en este libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario