Wickler
(1977), comentando sobre el redescubrimiento que hizo Whitney (1976) de la idea del cromosoma
X de Hamilton, sugiere que los efectos del cromosoma Y son en potencia aún más poderosos que los efectos del cromosoma X, pero
los cromosomas Y, por regla general, no constituyen una tan alta proporción del genoma. En
cualquier caso, el 'altruismo ligado al sexo' debe ser discriminatorio: los
individuos que actúan bajo la influencia de sus cromosomas sexuales
deberían tender a mostrar favoritismo hacia parientes cercanos del mismo
sexo más que del sexo opuesto. Los genes para el cuidado de hermanos al margen del sexo no serían forajidos.
El
valor del experimento mental del cromosoma sexual forajido no está
en su plausibilidad -que, al igual que Hamilton, yo no valoro mucho-
sino en el hecho de que enfoca nuestra atención en la importancia de esta
discriminación. El
sexo de otro individuo se utiliza como una etiqueta para identificarlo
como miembro de una clase de individuos de cuya genética se conoce algo. En
la teoría ordinaria de la selección de parentesco, el parentesco (o más
bien algún indicio cercano de parentesco, como la presencia en el
propio nido) se utiliza como una etiqueta que indica una mayor probabilidad que
la media de compartir un gen. Desde el punto de vista de un gen en un cromosoma Y, el sexo de un
hermano es una etiqueta que significa la diferencia entre la certeza de
compartir el gen y la certeza de no compartirlo.
Nótese, por cierto, la ineptitud de las nociones de aptitud
individual, o incluso de aptitud inclusiva como se entiende ordinariamente, en hacer frente a situaciones como ésta. El
cálculo normal de aptitud inclusiva hace uso de un coeficiente de
parentesco que es alguna medida de la probabilidad de que un par de
parientes comparta un gen particular, idéntico por descendencia. Esta
es una buena aproximación siempre que los genes afectados no tengan mejor manera de 'reconocer' copias de sí mismos en otros individuos. Sin embargo, si
un gen está en un cromosoma sexual y puede utilizar el sexo de los
familiares como una etiqueta, su mejor 'estimación' de la
probabilidad de que un pariente comparta una copia de sí mismo
será una estimación mejor que la proporcionada por el coeficiente de
parentesco. En
su forma más general, el principio de supuestos genes que 'reconocen'
copias de sí mismos en otros individuos se ha denominado el 'efecto barba verde' (Dawkins 1976a, p. 96, a raíz de Hamilton 1964b, p. 25). La barba verde
o {145} los 'alelos de reconocimiento' se han descrito en la literatura como forajidos (Alexander y Borgia 1978; Alexander 1980), y por tanto
deberían ser discutidos en este capítulo, a pesar de que, como veremos, su
condición de forajidos necesita un examen cuidadoso (Ridley y Grafen 1981).
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