viernes, 29 de mayo de 2015

Capítulo 4.- Carreras Armamentistas y Manipulación (77)

Grafen, como Bulmer y Taylor (en preparación), ha explorado las consecuencias de asumir que el poder se divide así: la reina tiene el poder absoluto sobre el sexo de los huevos que ella pone, las obreras tienen poder absoluto sobre la alimentación de las larvas. Las obreras pueden así determinar cuántos de los óvulos femeninos disponibles deberán convertirse en reinas y cuántos en obreras. Tienen el poder de matar de hambre a los jóvenes de uno u otro sexo, pero tienen que trabajar dentro de las limitaciones de lo que la reina les da en forma de huevos. Las reinas tienen el poder de poner sus huevos en cualquier proporción de sexos que elijan, incluyendo la retención, total, de los huevos de uno u otro sexo. Pero, una vez puestos, los huevos están a merced de las obreras. Una reina puede, por ejemplo, jugar a la estrategia (en el sentido de la teoría de juegos) de poner solamente huevos masculinos en un año determinado. Reacias como podríamos esperar que fueran, las obreras no tienen más remedio que criar a sus hermanos. La reina, en este caso, puede anticiparse a ciertas estrategias de las obreras, tales como la 'preferencia a alimentar a las hermanas', simplemente porque ella 'juega' primero. Pero hay otras cosas que las obreras pueden hacer. 

     Usando la teoría de juegos, Grafen muestra que sólo ciertas estrategias de la reina son respuestas evolutivamente estables a las estrategias particulares de las obreras, y sólo ciertas estrategias de las  obreras son respuestas evolutivamente estables a las estrategias particulares de la reina. La pregunta interesante es: ¿Cuáles son las combinaciones evolutivamente estables de entre las estrategias de las obreras y la reina? Resulta que hay más de una respuesta, y no puede haber un máximo de tres estados evolutivamente estables para un determinado conjunto de parámetros. Las conclusiones particulares de Grafen no me conciernen aquí, aunque he de comentar que son curiosamente contrarias a la intuición. Lo que me concierne es que el estado evolutivamente estable de la población modelo depende de las asunciones que hagamos sobre el poder. Trivers y Hare contrastan dos posibles supuestos absolutos (potencia absoluta de la obrera frente a potencia absoluta de la reina). Grafen investigó una división plausible del poder (las reinas tienen el poder sobre los huevos, las obreras sobre la alimentación de las larvas). Pero, como ya he señalado, se podrían hacer muchas otras suposiciones sobre el poder. Cada supuesto genera diferentes predicciones sobre las proporciones de sexos evolutivamente estables, y el testar las predicciones, por tanto,  puede ser considerado como un aporte de pruebas sobre la disposición de poder en el nido.

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