viernes, 13 de octubre de 2017

Capítulo 11.- La Evolución Genética de los Artefactos Animales (201)

     Si esta consideración parece complicar la idea del fenotipo extendido {201} más allá de toda razón, sólo puedo señalar que el mismo problema exacto siempre ha surgido con fenotipos 'convencionales'. Estamos completamente acostumbrados a que una entidad fenotípica dada, pongamos  un órgano, o un patrón de comportamiento, esté influenciada por un gran número de genes cuyos efectos interactúan de maneras aditivas o más complejas. La altura humana a una edad determinada se ve afectada por los genes en muchos loci, que interactúan entre sí, y con los efectos de la dieta y otros efectos ambientales. La altura de un montículo de termitas en una edad del montículo dada está, sin duda, controlada también por muchos factores ambientales y muchos genes, añadiendo o modificando los efectos de los demás. Es incidental que, en el caso del termitero, el escenario proximal de los efectos de los genes dentro-del-cuerpo se distribuyan entre las células de un gran número de cuerpos de las obreras.

    Si vamos a preocuparnos por los efectos proximales, los genes que influyen en mi
altura actúan en formas que están distribuidas entre muchas células separadas. Mi cuerpo está lleno de genes, y ocurre que están distribuidos idénticamente entre mis muchas células somáticas. Cada gen ejerce sus efectos a nivel celular, y en cualquier célula solo se expresa una minoría de genes. Los efectos sumados de todos estos efectos sobre las células, junto con efectos similares desde el medio ambiente, se pueden medir como mi altura total. Del mismo modo, un montículo de termitas está lleno de genes. Estos genes, también, se distribuyen entre los núcleos de un gran número de células. Sucede que las células no están contenidas en una unidad tan sencilla, tan compacta e individualizada como las células de mi cuerpo, pero incluso en este caso la diferencia no es muy grande. Las termitas se mueven una respecto a la otra más que los órganos humanos, pero el viajar rápidamente no es desconocido para las células humanas, en cumplimiento de sus diligencias, por ejemplo los fagocitos cazando y envolviendo parásitos microscópicos. Una diferencia más importante (en el caso de un montículo de termitas, aunque no en el caso de un arrecife de coral construido por un clon de individuos) es que las células en el montículo de termitas están reunidas en paquetes genéticamente heterogéneos: cada individuo de termita es un clon de células, pero un clon diferente de todos los demás individuos en el nido. Esto, sin embargo, sólo es una complicación relativa. Lo que está pasando fundamentalmente es que los genes, en comparación con sus alelos, ejercen efectos cuantitativos, interactuando entre sí, modificándose mutuamente, sobre un fenotipo común, el montículo. Hacen esto proximalmente mediante el control de la química de las células en los órganos de las obreras, y por tanto del comportamiento de la obrera. El principio es el mismo, tanto si se da en células organizadas en un gran clon homogéneo, como en el cuerpo humano, o en una colección heterogénea de clones, como en el montículo de termitas. Aplazo hasta más tarde la complicada cuestión de que el cuerpo mismo de una termita es una 'colonia', con una fracción sustancial de sus replicadores genéticos contenidos en protozoos simbióticos o bacterias.

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