viernes, 12 de diciembre de 2014

Capítulo 3.- Constricciones a la Perfección.- Errores por impredictibilidad ambiental o 'malevolencia' (53)

Errores por impredictibilidad ambiental o 'malevolencia'

Por muy bien adaptado que un animal esté a las condiciones ambientales, tales condiciones deben ser consideradas como un promedio estadístico. Por lo general, será imposible atender todas las contingencias imaginables al detalle, y por tanto con frecuencia se observa a cualquier animal cometer "errores", errores que pueden fácilmente ser fatales. Éste no es el mismo factor que el problema del retardo temporal ya mencionado. El problema con el retardo de tiempo se debe a la variabilidad en las propiedades estadísticas del medio ambiente: las condiciones medias ahora son diferentes de las condiciones medias experimentadas por los ancestros del animal. El presente factor es más ineludible. El animal moderno puede estar viviendo en condiciones medias idénticas a las de un antepasado, y sin embargo, el detallado momento a momento de los acontecimientos con los que se enfrenta no son lo mismo día tras día, y las interacciones son demasiado complejas para que sea posible una predicción precisa.


Estos errores se ven especialmente en el comportamiento. Los atributos más estáticos de un animal, por ejemplo su estructura anatómica, están adaptados obviamente sólo a condiciones promedio a largo plazo. Un individuo, ya sea grande o pequeño, no puede cambiar el tamaño de minuto a minuto conforme surja la necesidad. Un comportamiento, un movimiento muscular rápido, es esa parte del repertorio adaptativo de un animal que está implicado específicamente a un ajuste de alta velocidad. El animal puede estar ahora aquí, ahora allá, ahora encima de un árbol, ahora bajo tierra, acomodándose rápidamente a las contingencias ambientales. El número de tales contingencias posibles, cuando se definen en todos sus detalles, es como el número de posibles posiciones de ajedrez, virtualmente infinito. Al igual que los ordenadores que juegan al ajedrez (y las personas que lo juegan) aprenden a clasificar las posiciones de ajedrez en un número manejable de tipos generalizados, así lo mejor que un adaptacionista puede esperar es que un animal sea programado para comportarse de manera apropiada para un número manejable de clases generales de contingencia. Las contingencias reales encajarán con estas clases generales sólo aproximadamente, y por consiguiente se verá limitado a cometer aparentes errores.


El animal que vemos sobre un árbol puede provenir de una larga línea de antepasados ​​arborícolas. Los árboles en los que los antepasados ​​se sometieron a la selección natural eran, en general, los mismos que los árboles de hoy. Las normas generales de comportamiento que funcionaban entonces, como "Nunca vayas por las ramas que sean demasiado delgadas", siguen operando. Pero los detalles de cualquier árbol son inevitablemente diferentes de {54} los detalles de otro. Las hojas están ligeramente en diferentes lugares, la tensión de rotura de las ramas es sólo aproximadamente predecible a partir de su diámetro, y así sucesivamente. Por muy fuertes que puedan ser nuestras creencias adaptacionistas, sólo podemos esperar que los animales sean optimizadores de estadísticas medias, nunca anticipadores perfectos de cada detalle.

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