viernes, 2 de enero de 2015

Capítulo 4.- Carreras Armamentistas y Manipulación (56)

Puedo ejemplificar el cambio de visión con una cita de un artículo reciente, la entretenida revisión de sucios trucos sexuales de los insectos de Lloyd (1979).
La selección por las prisas en los machos, y por el recato en las hembras, se traduce en el equivalente a la competencia entre sexos. Los machos pueden ser seleccionados para evitar cualquier elección que las hembras intenten ejercer, y asimismo las hembras pueden ser seleccionadas para mantener sus opciones, a no ser inducidas a error o a que se subviertan sus opciones. Si los machos someten y seducen a las hembras con verdaderos afrodisíacos [Lloyd da evidencia en otra parte del artículo],  puede esperarse que las hembras tarde o temprano se escapen en el tiempo evolutivo. Y después de que el esperma ha sido colocado en una hembra, ella debería manipularlo: almacenarlo, transferirlo (de cámara a cámara), usarlo, comerlo, o disolverlo, en tanto hace observaciones adicionales sobre los hombres. Las hembras pueden aceptar y almacenar el esperma de un macho para asegurarse de que tendrán una pareja, y luego volverse exigentes... Es posible que la hembra manipule el esperma (por ejemplo, la determinación del sexo en los himenópteros). La  morfología reproductiva de la hembra a menudo incluye sacos, válvulas y tubos que podrían haber evolucionado en este contexto. De hecho, es posible que algunos ejemplos conocidos de competencia espermática sean en realidad casos de manipulación de esperma... Dado que las hembras, en una medida u otra , subvierten los intereses masculinos con la manipulación interna de la eyaculación, no es inconcebible que los machos hayan desarrollado pequeños abrelatas, tijeras de podar, palancas y jeringas que pongan el esperma en los lugares que las hembras han desarrollado ('previsto') para el esperma con prioridad de uso - ¡En conjunto, un verdadero ejército de navajas suizas!

Este tipo de lenguaje no sentimental, despiadado, no hubiera sido fácil
hace unos años para los biólogos, pero hoy día me alegra decir que domina los libros de texto (por ejemplo, Alcock 1979). Tales trucos sucios, a veces, implican una acción directa, como que los músculos de un individuo se muevan para molestar el cuerpo de otro. La manipulación que es el objeto de este capítulo es más indirecta y más sutil. Un individuo induce a los efectores de la otra persona a trabajar en contra de sus propios intereses, y en favor de los intereses del manipulador. Alexander (1974) fue uno de los primeros en destacar la importancia de tal manipulación. Generalizó su concepto de la dominación de la reina en la evolución del comportamiento de las obreras en insectos sociales, para producir una teoría amplia de la 'manipulación parental' (véase también Ghiselin 1974a). Sugirió que los padres se encuentran en {57} tal posición dominante sobre sus crías que los hijos pueden ser obligados a trabajar en los intereses de la salud genética de sus padres, aun cuando esto entre en conflicto con los propios. West-Eberhard (1975) sigue a Alexander en la dignificación de la manipulación de los padres como una de las tres formas generales en las que puede evolucionar 'el altruismo' individual, siendo las otras la selección de parentesco y el altruismo recíproco. Ridley y yo coincidimos, pero no nos limitamos a la manipulación parental  (Ridley y Dawkins 1981).

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