viernes, 4 de septiembre de 2015

Capítulo 5.- El Replicador Activo de la Línea Germinal (91)

Como mínimo, ésta no es una forma útil de expresar lo que ocurre. Se {91} vuelve francamente engañosa si se sugiere al estudioso que la adenina en un locus está, en cierto sentido, aliada con la adenina en otros loci, empujando juntas por un equipo de adenina. Si hay algún sentido en el que las purinas y pirimidinas compitan entre sí por los loci heterocigotos, es que la lucha en cada locus esté aislada de la lucha en otros loci. El biólogo molecular puede, para sus propios objetivos importantes (Ghargaff citado en Judson 1979), contar adeninas y citosinas en el conjunto del genoma, pero hacerlo es un ejercicio ocioso para el estudioso de la selección natural. En todo caso, si son competidores, lo son por cada locus separadamente. Son indiferentes a la suerte de sus réplicas exactas en otros loci (véase también el Capítulo 8).

Pero hay una razón más interesante para rechazar el concepto del nucleótido egoísta, a favor de alguna entidad replicante más grande. Todo el propósito de la búsqueda de una 'unidad de selección' es descubrir un actor adecuado que interprete el papel principal en nuestras metáforas propuestas. Nos fijamos en una adaptación y queremos decir, 'Es por el bien de ...'. Nuestra búsqueda en este capítulo es la forma correcta de completar la frase. Está ampliamente admitido que el error grave se deriva de la asunción acrítica de que las adaptaciones son para el bien de la especie. Espero que sea capaz de mostrar, en este libro, que aún otros peligros teóricos, aunque menores, acechan a la suposición de que las adaptaciones son para el bien del organismo individual. Lo que sugiero aquí es que, ya que debemos hablar de adaptaciones como para el bien de algo, ese algo correcto es el replicador activo de la línea germinal. Y si bien puede no ser estrictamente un error decir que la adaptación es por el bien de los nucleótidos, es decir, el replicador más pequeño responsable de las diferencias fenotípicas implicadas ​​en el cambio evolutivo, no es útil  hacerlo.


Vamos a utilizar la metáfora del poder. Un replicador activo es un trozo de genoma que, cuando se compara con sus alelos, ejerce un poder fenotípico sobre su mundo, de tal manera que su frecuencia aumenta o disminuye respecto a la de sus alelos. Si bien tiene pleno sentido, indudablemente, hablar de un único nucleótido como ejerciendo poder en este sentido, es mucho más útil, puesto que el nucleótido sólo ejerce un tipo dado de poder cuando está incluído en una unidad más grande, tratar la unidad más grande en la medida que ejerce el poder y, por lo tanto, altera la frecuencia de sus copias. Podría pensarse que el mismo argumento podría usarse para justificar el tratamiento de una unidad aún mayor, por ejemplo todo el genoma, como la unidad que ejerce el poder. Esto no es así, -al menos para los genomas sexuales.

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