viernes, 5 de octubre de 2018

Capítulo 14.- Redescubriendo el Organismo (252)

Para preguntarnos por qué el mundo es como es, tenemos que imaginar cómo podría haber sido. Nos inventamos mundos posibles en los que la vida podría haberse organizado de manera diferente, y nos preguntamos qué hubiera pasado si esto hubiera ocurrido. Entonces ¿Qué alternativas instructivas al modo en cómo es la vida podemos imaginar? En primer lugar, para ver por qué las moléculas replicantes se agrupan en células, nos imaginamos un mundo en el que hay moléculas replicantes que flotan libremente en el mar. Hay diferentes variedades de replicador, y están compitiendo entre sí por el espacio y los recursos químicos necesarios para construir copias de sí mismos, pero no se agrupan en cromosomas o núcleos. Cada replicador solitario ejerce su poder fenotípico para hacer copias de sí mismo, y la selección favorece a los que tienen el poder fenotípico más eficaz. Es fácil creer que esta forma de vida no sería evolutivamente estable. Sería invadida por replicadores mutantes que 'conspirarían'. Ciertos replicadores tendrían efectos químicos que complementarían los de otros replicadores, complementándolos en el sentido de que cuando los dos efectos químicos se unieran, se facilitaría la replicación de ambos (el Modelo 2 en el capítulo anterior). Ya he usado el ejemplo de los genes que codifican enzimas que catalizan las etapas sucesivas de una reacción bioquímica en cadena. Puede aplicarse el mismo principio a grupos más grandes de moléculas replicantes mutuamente complementarias. De hecho, la bioquímica terrestre sugiere que la unidad mínima de replicación, excepto posiblemente en el entorno rico en alimentos de un parásito total, es de unos cincuenta cistrones (Margulis 1981). No hay ninguna diferencia para el argumento si los nuevos genes surgen por duplicación de los viejos y permanecen juntos, o si previamente genes independientes iban positivamente juntos. Aún podemos hablar de la estabilidad evolutiva del estado de estar 'confabulado'.

Entonces,
es fácil de entender la confabulación de genes juntos en células, pero ¿por qué las células se  confabularon juntas en clones multicelulares? En este caso, podría pensarse que no tenemos que inventar experimentos mentales, porque los organismos unicelulares, o acelulares, abundan en nuestro mundo. Sin embargo, son todos pequeños, y puede ser útil imaginar un posible mundo en el que existan grandes y complejos organismos unicelulares o mononucleados. ¿Podría haber una forma de vida en la que un único conjunto de genes, entronizado en un solo núcleo central, dirigiera la bioquímica de un cuerpo macroscópico con órganos complejos, ya fuera una sola 'célula' gigante, o un cuerpo multicelular en el que todas menos una de las células carecieran de sus propias copias privadas del genoma? Creo que tal forma de vida tan sólo podría existir si su embriología siguiera principios muy diferentes de aquellos con los que estamos familiarizados. En las embriologías que conocemos, sólo una minoría de genes 'se activan' en cualquier tipo de diferenciación del tejido en un momento dado (Gurdon 1974). Es cierto que es un argumento débil en esta etapa, pero si hubiera sólo un conjunto de genes en todo el cuerpo, no es fácil ver cómo los productos apropiados de los genes podrían haberse {253} transmitido a las distintas partes del cuerpo diferenciado en los momentos apropiados.

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