viernes, 23 de febrero de 2018

Capítulo 12.- Fenotipos Hospedadores de Genes Parásitos (220)

Extracto de "Mosca española" (Lytta vesicatoria), falso afrodisíaco.
Colegas con quienes discuto repetidamente la doctrina del fenotipo extendido {220} vienen con las mismas especulaciones entretenidas. ¿Es sólo un accidente que estornudemos cuando pillamos un resfriado, o podría ser el resultado de una manipulación por los virus para aumentar sus posibilidades de infectar a otro hospedador? ¿Algunas enfermedades venéreas aumentan la libido, aunque sólo sea mediante la inducción de una picazón, como el extracto de la mosca española? ¿Los síntomas conductuales de la infección de la rabia aumentan la posibilidad de que el virus se transmita (Bacon y Macdonald, 1980)? 'Cuando un perro se infecta de la rabia, su temperamento cambia rápidamente. Durante un día o dos es a menudo más cariñoso, y dado a lamer a sus contactos humanos, una práctica peligrosa, porque el virus ya se encuentra en su saliva. Pronto se vuelve inquieto y se aleja, dispuesto a morder a cualquiera que se interponga en su camino' (Enciclopaedia Británica 1977). Incluso los animales no carnívoros son impulsados ​​por el virus de la rabia a morder compulsivamente, y se registran casos de seres humanos que contraen la enfermedad por mordeduras de murciélagos frugívoros normalmente inofensivos. Aparte del evidente poder de la mordedura para difundir un virus transmitido por la saliva, el 'vagar inquieto' podría muy bien servir para propagar el virus con mayor eficacia (Hamilton & May 1977). Que la amplia disponibilidad de transporte aéreo barato ha tenido un impacto dramático en la propagación de la enfermedad humana es obvia: ¿nos atrevemos a preguntarnos si la frase del 'picarle a uno el gusanillo de viajar'  podría tener una importancia más que metafórica?  

     Probablemente el lector, como yo, encontrará descabelladas tales especulaciones. Solo tienen  la intención de ser ilustraciones livianas del tipo de cosas que podrían suceder (véase también Ewald, 1980, que llama la atención sobre la importancia médica de este tipo de pensamiento). Todo lo que  necesito establecer realmente es que, en algunos casos, los síntomas del hospedador pueden considerarse de manera adecuada como una adaptación parasitaria; pongamos, por ejemplo, el síndrome de Peter Pan en Tribolium inducido por una hormona juvenil sintetizada por el protozoo. Admitida tal adaptación parásita, la conclusión a la que quiero llegar es realmente indiscutible. Si el comportamiento o la fisiología del hospedador es una adaptación del parásito, tienen que ser (haber sido) los genes del parásito los que modifican al hospedador, y las modificaciones del hospedador son, por tanto, parte de la expresión fenotípica de los genes del parásito. El fenotipo extendido va más allá del cuerpo en cuyas células se encuentran los genes, alcanzando los tejidos vivos de otros organismos. 

     La relación del gen de Sacculina con el cuerpo del cangrejo no es, en principio, diferente de la relación del gen del tricóptero con las piedras, ni de hecho diferente de la relación del gen humano con la piel humana. Éste es el primero de los puntos que tenía la intención de establecer en este capítulo. Tiene el corolario, del que ya he hecho hincapié en otros términos en el capítulo 4, de que el comportamiento de un individuo no siempre puede ser interpretable como diseñado para maximizar su propio bienestar genético: puede estar maximizando el bienestar genético de otro individuo, en este caso el de un parásito en su interior. En el próximo capítulo vamos a ir más allá, y ver que algunos de los atributos de un individuo pueden  considerarse como la expresión fenotípica de los genes en otros individuos que no necesitan ser necesariamente parásitos en su interior. {221}

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